Skip to main content

Cuando se trata de fijar el maquillaje o controlar los brillos, los polvos son ese paso que muchas veces se da por hecho… pero que marca una gran diferencia. Y aquí surge la duda: ¿compactos o sueltos? La respuesta, como casi todo en maquillaje, depende del tipo de piel, del acabado que buscas y del momento en que los uses.

¿Qué son los polvos compactos?

Los polvos compactos vienen prensados, en formato sólido. Suelen aportar algo más de cobertura y son ideales para retoques durante el día. Son fáciles de llevar en el bolso, no manchan y ayudan a controlar los brillos de forma rápida y eficaz.

¿Cómo se aplican los polvos compactos?

Aunque muchas personas los reservan para retoques, también puedes usarlos como paso final de la rutina. Eso sí:

  • Evita aplicar demasiada cantidad para no recargar.
  • Usa brochas tupidas si quieres más cobertura, o brochas sueltas si solo quieres matificar.
  • Y sobre todo, ¡no arrastres! Aplica con toques suaves para respetar la base.

¿Qué son los polvos sueltos?

Los polvos sueltos tienen una textura más fina y volátil. No aportan cobertura, pero sellan la base dejando un acabado más natural. Por eso se utilizan sobre todo justo después de aplicar la base, en la rutina completa.

¿Cómo se aplican los polvos sueltos?

Aquí es donde muchas veces fallamos. Si tienes la piel grasa, lo ideal es aplicar los polvos sueltos a toquecitos, presionando suavemente con una borla o esponja en las zonas con más brillo (zona T, especialmente). Este gesto fija mejor el producto y evita que el maquillaje se desplace.

Si tu piel es seca, mejor usar una brocha grande, suelta y muy suave. Aplica con movimientos amplios y ligeros, como un suave barrido, para no marcar texturas ni resecar.

¿Qué brocha usar?

No todas las brochas valen. Para los polvos sueltos, una brocha de pelo largo y flexible (tipo «brocha de polvo» clásica) es perfecta para un acabado ligero. Si buscas más fijación o tienes zonas con más grasa, puedes combinar con una borla o esponja y aplicar a toques donde lo necesites.

¿Y entonces, cuál es mejor?

Si hablamos de piel madura, los polvos sueltos suelen ser la mejor opción. ¿Por qué? Porque tienen una textura mucho más fina, dejan menos partícula sobre la piel y no se acumulan en líneas de expresión. Sellan sin recargar y consiguen un acabado más natural y luminoso, justo lo que buscamos cuando la piel ya no tiene la misma elasticidad.

Eso sí, los compactos siguen teniendo su sitio: son ideales para llevar en el bolso y retocar los brillos de forma puntual, especialmente en días largos o eventos.

En resumen:

  • En casa y como paso final de tu rutina, los sueltos ganan por su ligereza.
  • Fuera de casa, los compactos son ese salvavidas práctico que nunca sobra.
  • ¿La clave? Saber cuándo usar cada uno… y aplicarlos bien.

¿Quieres practicarlo con nosotras este verano?

En nuestros talleres de automaquillaje te enseñamos paso a paso a aplicar los productos según tu tipo de piel, tus rutinas y tus preferencias. Este verano seguimos activas con sesiones individuales, totalmente adaptadas a ti, a tu ritmo y a tus dudas.

¡Reserva tu taller personalizado o ven con una amiga!

Traducir »
Resumen de privacidad
Logo Automaquillaje y Piel

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.

Cookies estrictamente necesarias

Las cookies estrictamente necesarias tiene que activarse siempre para que podamos guardar tus preferencias de ajustes de cookies.

Analítica

Esta web utiliza Google Analytics para recopilar información anónima tal como el número de visitantes del sitio, o las páginas más populares.

Dejar esta cookie activa nos permite mejorar nuestra web.